martes, 26 de octubre de 2010

Terapia conyugal: ¿para unir o separar?

Cuando una pareja enfrenta conflictos lo mejor es acudir con un terapeuta que ayudará a lograr la armonía

Cuando una pareja entra en conflictos es fácil pensar que si ni ellos mismos los pueden solucionar, mucho menos lo va hacer una persona extraña que no conoce la relación.

Esa puede ser la conclusión a la que muchas parejas lleguen y tal vez con razón, pero hay otras que como parte de sus armas para salvar la relación utilizan las terapias conyugales. Éstos son espacios donde las parejas se encuentran con un terapeuta, a través de quien llegan a identificar los problemas que aquejan a la relación y los caminos para solucionarlos.

Tres etapas fundamentales

Las terapias son encuentros en los que se desarrollan tres etapas:

Primera. La pareja descarga todas sus preocupaciones y tensiones, es un momento para desahogarse y dejar aflorar todo lo que tenían guardado.

Segunda. Se sitúa sobre la realidad, reconoce lo que le está pasando, mira el problema que existe, lo que tiene y lo que le hace falta.

Tercera. Es cuando se intentan ejecutar los cambios y decisiones que han sido determinadas a partir de las necesidades de acuerdo al problema.

Este es un proceso que se debe cumplir en pareja. En algunos casos uno de los miembros no está dispuesto a acudir a estos encuentros, por lo que los especialistas recomiendan que se dé una aproximación progresiva. Si uno de ellos no quiere, pues quien sí está decidido puede empezar por asistir solo hasta que el otro acepte. Al cabo de la segunda o tercera sesión se recomienda que ambos asistan. Es importante que juntos cumplan el proceso, pues la pareja es de dos y por lo tanto los conflictos también son de los dos.

En busca de soluciones

Cuando una pareja inicia la terapia no se puede determinar un tiempo específico en el que su situación se solucionará, tomando en cuenta que ese "solucionará" no siempre significa que se una y se ame, sino también que se separe para siempre. En uno u otro caso, lo que se procura es que el conflicto y la falta de armonía se terminen por alguno de los dos caminos.

Según Carlos Hidalgo, terapeuta familiar de la Fundación Familia Integral (FAMI), las parejas llegan a la terapia con la idea de que en un tiempo determinado todo se va a arreglar y que saldrán más enamorados que nunca, pero no siempre es así.

Creen además que el terapeuta será el juez que les diga lo que tienen que hacer y que interceda en lo que no se pueden decir mutuamente.

La mayoría de parejas piensa también que para realizar los cambios evidentes, tienen que esperar a que uno de los dos cambie: "Si tú cambias, yo cambio".

Sin embargo esta no debería ser la posición. El objetivo de la terapia es hacer que los dos se ubiquen sobre su realidad y reconozcan sus propios errores para cambiarlos y que sean conscientes de su situación.

"El terapeuta no tiene la pastilla para arreglarlo todo, eso no existe, el trabajo es de la pareja para su propio beneficio", señala el especialista.

Según Hidalgo, las parejas que llegan a la terapia deben estar dispuestas a desglosar su situación y sus problemas para que el sicólogo dé la pauta de cómo trabajarán en lo sucesivo.

-¿Cómo funciona la terapia?

-En la primera cita el terapeuta informa a los pacientes en qué consiste el tratamiento, cómo lo desarrollarán y lo que se puede o no esperar de él, así como tiempo y costos.

Si aceptan, empiezan las sesiones que duran entre hora y hora y media una vez por semana. Los primeros resultados se observan después de 10 sesiones; aunque en el cuarto encuentro el especialista puede hacer un balance; así se vislumbran dos caminos: mejorarse o terminarse.

"Al cabo de ocho o 10 sesiones ya pueden pasar muchas cosas, o bien la pareja decide cambiar para estar bien o se da cuenta de que no es posible seguir con la relación. El hecho de que pase lo uno o lo otro significa que surtió efecto, pues se llegaron a conclusiones y decisiones que antes no era posible determinar", manifiesta.

-¿Para qué sirven estas terapias?

1. Para asumir la realidad, lo que le está pasando y su parte de responsabilidad en ello.

2. Para hacer un inventario de lo que individualmente y como la pareja se tiene o hace falta, para determinar los temas pendientes.

3. Para tomar decisiones y crecer como pareja.

4. Para aliviar la falta de armonía y aprender a llegar a acuerdos

5 Mejorar su comunicación, afectividad e intimidad, así como negociar espacios.

- ¿De qué se puede hablar ?

-De todos, desde sexualidad hasta de cómo manejar el dinero dentro del hogar.

-¿Cuándo se debe buscar ayuda?

-Según el terapeuta Carlos Hidalgo las parejas deberían recurrir a una asesoría incluso antes de casarse, para tener una idea de lo que van a vivir y sepan cómo enfrentarlo. Si esto no es posible es recomendable que si ya están casados acudan cada seis meses aún cuando no existan conflictos, más por una cuestión de oxigenación que no les caerá mal.

Apenas los problemas empiecen a aparecer es el momento justo para buscar ayuda. No hay que dejar que la relación llegue a su punto máximo de deterioro; mientras se advierten los primeros conflictos es la mejor etapa, si se espera a que la relación esté muy deteriorada será difícil salvarla.

-¿De qué depende que funcione?

-Son varios los factores que inciden para que la terapia conyugal tenga resultados. Uno de ellos es la predisposición que la pareja muestre a lo largo del proceso. Ambos deben querer participar en ella, interesarse en su situación y sobre todo tener disponibilidad para dejarse guiar, permitirse intentar y arriesgarse.

Puede depender también del trabajo del terapeuta. De cómo pueda motivar a los pacientes y su capacidad para infundir toda la confianza que se necesita para desmenuzar bien la problemática y llegar a su origen y soluciones.

Existen además algunas circunstancias externas y a veces ajenas que pueden llegar o no y que favorecen al proceso, como un viaje, un cambio de casa u otras. Sin duda, sólo con el hecho de qué la pareja esté asistiendo a la terapia, se asegura en un buen porcentaje buenos resultados.

-¿Por qué las parejas pueden recurrir a las terapias?

-Muchas veces mientras las personas están inmersas en una situación no son capaces de ver con claridad lo que ocurre. La idea de la terapia es que a través de una tercera persona se pueda ver lo que está pasando, se pueda escuchar mejor y palpar la realidad para aplacar los conflictos y llegar a cambios y decisiones.


Fuente: http://www.eluniversal.com.mx/estilos/47081.html

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