miércoles, 15 de junio de 2011

.:: PROMOCION TERAPIAS EN LINEA ::.

¿Qué es la terapia en línea?

Es una innovadora forma de dar y recibir ayuda y apoyo emocional y psicológico proporcionado por especialistas, que atienden gente cuando lo necesita. El apoyo para dichas sesiones son las herramientas tecnológicas como son el internet, para establecer sesiones de terapia. Con el transcurrir de las sesiones, el paciente y el especialista se comunican, analizan y descubren juntos áreas de oportunidad para lograr principalmente el sentido de vida y el camino hacia el mejor bien, tanto para uno mismo como para los demás.


La forma recomendada para recibir terapia es mediante VIDEOLLAMADA, la duración de la sesión es de 60 minutos. Previa cita.

Algo muy importante señalar es que se requiere de una previa evaluación, la cuál es completamente GRATIS, y consta de un sencillo cuestionario, debido a que con ello podremos determinar si el paciente es candidato a tratarse de manera virtual o si se requiere de una terapia presencial.

Agradecemos nos escriban todas sus dudas vía INBOX o correo electrónico: psiconsultoriovirtual@hotmail.com



miércoles, 25 de mayo de 2011

Síndrome de Peter Pan: ¡No quiero crecer!


El síndrome de Peter Pan, o SPP, es un trastorno psicológico que se manifiesta en las personas adultas mediante un comportamiento infantil o un rechazo frente a toda responsabilidad. A continuación te mostramos las explicaciones.

¿Qué es?
Estudiado por Dan Kiley, el síndrome de Peter Pan es un trauma que bloquea la madurez emocional del niño. En otras palabras, la persona afectada crece con normalidad, su inteligencia se desarrolla, pero su corazón permanece bloqueado en la infancia, como Peter Pan, que se encierra en un mundo maravilloso, lejos de los problemas de los mayores... Así pues, el síndrome aparece al principio de la edad adulta.

¿De dónde viene?
Este trauma viene de la infancia, el período en el que el individuo se construye un equilibrio afectivo. Normalmente, una armonía se dibuja gracias al amor transmitido por los padres. Por lo tanto, una carencia afectiva puede ser el principio del síndrome de Peter Pan. Al crecer, los niños “mal queridos” desarrollan un problema. Se sienten desprotegidos y angustiados frente a lo desconocido del mundo de los mayores.

¿A quién afecta?
Parecería que este síndrome afecta más a los chicos que a las chicas. A menudo se cita al hijo mayor de una familia cuyo padreestá ausente, poco presente o se muestra irresponsable. A partir de ahí, si la madre está cansada o deprimida, no tendrá el tiempo ni la fuerza para darle a sus hijos el cariño que necesitan para desarrollarse con normalidad. Pero todavía es peor si la madre no tiene confianza en ella misma, y si la busca en sus hijos, ya que corre el peligro de absorberlos, de minarlos intentando sacar de ellos la fuerza que le falta. En estos casos, no es la madre quien lleva a sus hijos, sino que son los hijos los que deben llevarla a ella.

Las consecuencias en el adulto
Una vez adulto, el individuo traumatizado tendrá dificultad para controlar sus sentimientos. Por ejemplo, un hombre esperará de su compañera una postura de madre y del amor maternal que ello implica. Paradójicamente, este nuevo sentimiento, dado que no lo ha conocido hasta el momento, puede darle miedo y angustiarle. Se trata, por lo tanto, de un miedo crónico que vive cada día la persona afectada, extraña respecto a las emociones de los adultos. El riesgo de tensión con sus allegados es frecuente, más si no se da cuenta de que está enferma. De la menor observación hace una montaña que hay que superar, lo que pulveriza día a día la poca confianza que tiene en ella misma.

La sexualidad
El único momento en que la persona afectada puede sentirse segura y querida se encuentra en su vida sexual. Es un instante tranquilizador, en el que el hombre-niño (o la mujer-niña) se deja llevar. El riesgo: una vida sexual desproporcionada, incluso incontrolable. Algunas personas incluso pueden llegar a ser infieles, no porque estén insatisfechas con su relación, sino sólo por sentirse todo el tiempo queridas y deseadas.

¿Cómo salir del síndrome de Peter Pan?
Curarse cuando se sufre este síndrome necesita un tiempo y, en primer lugar, hay que querer curarse. No hay que olvidar que, de alguna manera, el corazón ha sido neutralizado desde el día del bloqueo. Por lo tanto, se trata de llevar a cabo una verdadera reeducación. Para ello, la persona debe proceder en varias etapas:
1. Llegar a comprender que está enferma
2. Conocer sus sentimientos, lo que suprime el bloqueo emocional, la falta de empatía para dejar de tener miedo de los demás y dejar de estar angustiada. Para esta etapa, se recomienda anotar los sentimientos día a día para volver al contacto consigo misma.
3. Pensar en una terapia. Ir a ver a alguien y hablar con una persona competente en la materia es una buena forma de abrirse y de retomar la confianza en uno mismo. Además, el SPP puede conducir a la persona a deprimir. Por lo tanto, es indispensable poder hablar de ello y mantener un seguimiento.

¿Cómo reaccionar si se trata de alguien cercano?
Lo más importante cuando alguien cercano sufre este síndrome es tener confianza en él, no dudar en hacerle ver sus esfuerzos, a apoyarle verbalmente. Tendrá más seguridad y progresará de forma natural.

Las terapia que se deben evitar
No te lances con prácticas de meditación sin reflexionar sobre ellas, ya que algunas están rotundamente contraindicadas para las personas que sufren el síndrome de Peter Pan:
- El yoga
- La hipnosis
- El método Vittoz
- La Programación Neurolingüística (PNL)
Estas técnicas de relajación distinguen el cuerpo y los sentimientos, mientras que para curarse, se pide a los pacientes que sientan sus emociones y distingan sus efectos sobre el cuerpo.

martes, 24 de mayo de 2011

Complejo de Wendy: Madre, mas que esposa

No forma parte de los trastornos mentales descritos en manuales psiquiátricos, sino de una conducta que el psicoanálisis bautizó como tal debido al comportamiento de las mujeres que están dispuestas a desempeñar el papel de madres de hombres adultos que se niegan a crecer.

Seguramente usted conoce, aunque no lo haya leído o visto en cine, la esencia del relato Peter Pan, la historia del niño que no quiso crecer, novela escrita por el escocés James Matews Barrie en 1904.

Recordemos que Peter era un niño que escapó de su casa a tierna edad y que nunca se hizo adulto; tenía la facultad de poder volar y llevó a muchos niños perdidos ("los que se caen de sus cochecitos cuando sus niñeras están distraídas") a la tierra de Nunca Jamás.

En la novela se describe que Peter visita con frecuencia el hogar de Wendy, Michael y John para escuchar los cuentos que narra la madre de éstos, la señora Darling; una noche, justo cuando el matrimonio asiste a una fiesta, Peter los convence para viajar al país de Nunca Jamás, donde Wendy repite los relatos que conoce de memoria a los niños perdidos y cuida de ellos convirtiéndose en una madre sustituta, es decir, una adolescente a la que le encanta dicho papel.

La historia transcurre entre aventuras y la amenazante presencia del capitán Garfio, pero más allá de las anécdotas vale rescatar la visión de Wendy, quien reflexiona sobre lo que ocurre en ese lugar y llega a la conclusión de que Peter no quiere o es incapaz de asumir responsabilidades adultas. Finalmente, la chica regresa a su hogar, prometiéndole al personaje que cada primavera volverá para limpiar y ordenar su casa.

Wendy al banquillo
El psicólogo Dan Kiley describió en 1983 el síndrome de Peter Pan como aquel que se puede aplicar a hombres que se niegan a crecer, es decir, adultos que no asumen sus responsabilidades como tales. Un año después usó el término síndrome de Wendy para definir a las mujeres que actúan como madres de su pareja.

La persona que se acerca al patrón de Wendy posee algunas de las siguientes características:

  • Desarrolla el rol de madre protectora, por lo que toma como suyas las responsabilidades que su compañero no acepta.
  • Piensa que sus padres la han excluido, por lo que ella asumirá lo que considera un buen modelo paterno y lo pondrá en práctica con quien se deje cuidar.
  • Necesita que la respalden pues, en forma paradójica, se siente sola e insegura.
  • Cree que la persona a quien cuida abusa de su buena fe.
  • No hace nada para cambiar la situación por no provocar un conflicto

Algunos especialistas complementan este perfil y afirman que las mujeres con este síndrome disfrutan al tener control sobre la vida de su pareja. Al mismo tiempo, justifican la conducta de su compañero mediante una imagen comprensiva, y así, dirán: "No es egoísta, está muy ocupado y por eso no puede llamarme", encubriendo con exceso de protección los defectos y debilidades de su compañero.

Por otro lado, es común que sea codependiente de su pareja, incluso al grado de tener una conducta de autocompasión expresando, por ejemplo: "Aunque me insultes, necesito que me digas que no puedes estar sin mí". Si las cosas no resultan como ella quiere se queja, insulta y amenaza, lo que evidentemente es muestra de su gran inmadurez e inseguridad.

Te quiero como madre
La psicóloga clínica Janet Cardozo explica que la mayoría de los complejos psicológicos se relacionan con un rol en el que hay una víctima y un salvador. Así, la Cenicienta buscará al príncipe, que a su vez necesita rescatarla para sentirse más importante; en el caso de Wendy, se convertirá en la madre de su esposo.

La historia de Peter Pan y Wendy, dice la especialista "nos habla del estado de desamparo en el que ambos estaban en el momento de conocerse, por lo que queda en evidencia que la falta de apoyo es el motor para el enamoramiento entre estos personajes".

Desde su viaje al país de Nunca Jamás, Wendy se convierte en una especie de madre para Peter asumiendo todas las responsabilidades que el eterno niño no puede. Así, mucha gente pensará que la mujer es la más afectada si se encuentra en una posición semejante a la planteada, es decir, como víctima de su marido, pero hay que reflexionar sobre su responsabilidad en la relación de pareja, pues en muchas ocasiones las mismas mujeres son las que se hacen cargo de los compromisos del otro. En resumen, este comportamiento sugiere una visión distorsionada del rol materno, lo que alienta la aparición del síndrome de Peter Pan.

Así las cosas, tal parece que la única manera de que el inmaduro Peter salga a flote es encontrando una mujer "Campanita", es decir, alguien que lo acompañe y apoye, pero no a costa de todo; una persona que le sugiera modificar algunos rasgos de su conducta pero que, simultáneamente, le haga entender que podrá abandonarlo si no cumple con sus expectativas.

Si usted siente que se identifica con el rol de Wendy cuide que la protección que brinda a su media naranja no se extralimite, porque entonces corre el riesgo de convertirse en su madre y no en su compañera, situación que sería un cheque al portador hacia el fracaso de su relación.

Fuente:http://www.saludymedicinas.com.mx/articulos/1486/complejo-de-wendy-madre-mas-que-esposa/1